¿Cómo desarrollar la creatividad en el trabajo?
PerformanSe|5 min de lectura|20 Enero
En PerformanSe, si hay un tema que nos fascina es el de las soft skills, competencias emocionales y de comportamiento que a menudo se contraponen a las hard skills (competencias duras), de naturaleza más técnica.
Nos gustan tanto que nuestro nuevo podcast "Soft skill, ¿quién eres?" está dedicado a ellos (por el momento en francés, pero pronto estará traducido). El primer episodio explora la creatividad, una habilidad que, una vez alcanzada la edad adulta, ciertamente no es sólo cosa de artistas. De hecho, dejando a un lado los estereotipos, ¡no hace falta haberse teñido el pelo de azul para ser creativo!
He aquí un resumen de lo que necesita saber sobre esta maravillosa soft skill, y algunos consejos sobre cómo desarrollarla mejor y aumentar su rendimiento y realización en el trabajo.
¿Qué es la creatividad?
La creatividad tiene varios significados. Puede entenderse como :
- el poder de un individuo para crear, es decir, para imaginar y realizar algo nuevo
- y como la capacidad de descubrir una solución nueva y original a un problema dado
Sin embargo, hay una definición de creatividad aceptada por la mayoría de los investigadores en este campo: la del psicólogo estadounidense Robert Sternberg. La creatividad se considera la capacidad de producir algo que sea a la vez nuevo y adaptado al contexto en el que se produce.
Aquí, la creatividad será el proceso por el que la imaginación se transforma en realidad, incluyendo los tiempos de preparación, incubación, iluminación y verificación. Así es como entendemos la noción de creatividad aplicada al trabajo: encontrar una idea original e innovadora que respete las limitaciones presupuestarias y de tiempo, así como los recursos que pueden asignarse al proyecto en cuestión.
Esto activa :
- su pensamiento divergente: lluvia de ideas para encontrar el mayor número posible de ideas innovadoras
- su pensamiento convergente: junta ideas para producir una idea original que cumpla los requisitos impuestos
La creatividad es ver lo que otros ven y pensar lo que nadie ha pensado nunca
Albert Einstein
¿Cómo estimular la creatividad en la vida cotidiana?
La regla de oro a seguir: como cualquier habilidad, ¡el espíritu creativo debe desarrollarse y mantenerse!
Hacer pausas en el trabajo
Hablamos de momentos para nosotros mismos para dejar vagar la mente, para cambiar de entorno, para dar un paso atrás.
Puede ser gracias a unos minutos de meditación guiada por una aplicación, un paseo al aire libre sin auriculares ni teléfono... Otra práctica tan sencilla como eficaz: utilizar un cuaderno para dedicarse a escribir un diario. Se trata de anotar lo que le venga a la mente sin el objetivo de releer el contenido. La idea es desconectar la mente y dejarse guiar por lo que surge instintivamente.
A menudo, cuando nos dejamos llevar por la mente es cuando se nos ocurren las ideas más innovadoras y resolvemos un problema complejo, porque damos a nuestra mente el espacio necesario para asociar ideas que al principio pueden parecer contrapuestas.
Cultivar la curiosidad
Sustituya el adagio "La curiosidad es un mal hábito" por "La curiosidad es el mejor hábito", ¡o incluso una magnífica cualidad si tiene la intención adecuada!
Los niños en pleno aprendizaje (se hacen) preguntas sobre todo. Es esta capacidad de cuestionar lo que nos rodea, lo que nos intriga, lo que nos desafía y lo que se nos escapa, lo que nos permite comprender, aprender y crecer en nuestra visión del mundo.
Adquirir el hábito de observar las situaciones y las personas, suspender los juicios precipitados y dar un paso atrás en lugar de reaccionar siempre, ¡es la mejor manera de cultivar una mente abierta y creativa!
La creatividad se nutre de nuestras experiencias y conocimientos del mundo. Las fronteras entre los distintos aspectos de nuestras vidas son porosas. ¡Una experiencia personal puede muy bien alimentar la respuesta a un problema profesional!
En el contexto del trabajo, el cuestionamiento también es muy útil para conocer los límites y el marco realista necesarios para la ejecución y realización de la idea innovadora.
Salir de su zona de confort
La rutina no estimula nuestra imaginación. Nuestro espíritu creativo se pone entonces a media asta y se vuelve perezoso muy rápidamente.
Para romper la rutina, nada mejor que enfrentarse a un nuevo proyecto, una nueva actividad, ir a conocer gente nueva... Esto sucede de forma natural, cuando se cultiva la curiosidad a diario, ¡sólo hay que dar un paso para salir de la zona de confort y probar algo nuevo!
Cuando vaya a un lugar conocido, puede, por ejemplo, empezar simplemente eligiendo una ruta diferente a la que está acostumbrado. Salir del modo de piloto automático, abrirse a algo nuevo, ¡ya es un paso hacia una mayor creatividad!
Cuando tenemos miedo de asumir riesgos o cuando nos sentimos incómodos rompiendo nuestros hábitos, es muy útil revisar nuestra relación con el fracaso. De hecho, aprender a considerar los errores como oportunidades para tomarse el tiempo de conocerse mejor a uno mismo y recuperarse mejor, ayuda a aliviar el miedo a lo desconocido.
En las empresas, la introducción de una gestión flexible, es decir, una gestión que reduzca los procedimientos, deje espacio para la autonomía y, sobre todo, la posibilidad de cometer errores, fomentará la asunción de riesgos y la creatividad entre los empleados.
Abrirse a sus emociones
Al igual que abrirse a nuevas experiencias, abrirse a su mundo interior y a sus emociones es una gran ayuda. De hecho, ¡no le estamos enseñando nada recordándole que las emociones están en el corazón de la creación!
Al igual que la heroína del dibujo animado de Pixar Viceversa, que nos sumerge en el maravilloso mundo de las emociones, enseguida nos damos cuenta de la importancia de escucharlas y comprender sus mensajes. Si dejamos de dejarnos llevar por el olfato de forma inconsciente, podremos vivir una vida más armoniosa y podremos aprovechar esta riqueza emocional para revelar nuestra creatividad. En general, cuidarnos nos pone en condiciones óptimas para alimentar nuestro espíritu creativo.
Inspírese con regularidad
En primer lugar, debemos identificar nuestras fuentes de inspiración. Puede ser leer entrevistas o escuchar podcasts sobre personas a las que nos gustaría parecernos, asistir a una obra de teatro, ver un talkshow, pasear por la naturaleza, viajar a diferentes culturas... Es sencillo, ¡inspirarnos regularmente nos da energía y alimenta nuestra creatividad!
Aunque esto pueda parecer paradójico, enseguida nos damos cuenta de que es esencial establecer el marco en el que dejaremos evolucionar nuestra creatividad, sobre todo en el trabajo o al poner en marcha un nuevo proyecto. Sin un marco, nos perdemos en las posibilidades, a veces infinitas, y resulta difícil materializar y hacer realidad lo que imaginamos.
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